A partir de que Candelaria Tinelli confesó que sufrió bulimia y anorexia se volvieron a poner en discusión pública estos trastornos alimenticios que, lamentablemente, afectan a 70 millones de personas en el mundo.
En nuestro país, las cifras también son alarmantes ya que el 29 por ciento de la población sufre estas enfermedades y el 90 por ciento de las personas afectadas son mujeres de entre 12 y 25 años.
Inicio precoz y alerta temprana
La psiquiatra María Silvia Cáceres destacó que el inicio de estos desórdenes se está dando “con mayor precocidad”, por lo que remarcó la importancia de generar consciencia social y hacia dentro de las familias, para una detección temprana de esta afección.
“Hay lo que nosotros llamamos signos de alarma o de sospecha en los cuales los pacientes empiezan a tener conductas diferentes con la comida, tratan de evitar algunos alimentos o las situaciones sociales que conllevan al comer”, explicó la especialista.
Cáseres alertó que se trata de una enfermedad que se “transita de una manera oculta”, ya que “muchas veces genera vergüenza” o “discreción, para poder seguir adelante con el seguimiento de las conductas” indebidas en relación a los alimentos.
En este sentido, destacó que una vez que se detectan estas afecciones “es muy importante empezar un tratamiento para aliviar el sufrir”.
Julia: “Tenía miedo a morirme”
“Perdí el miedo a comer, pero creo que perdí un montón de miedos; porque había un miedo a crecer importante, un miedo a separarme de mi mamá, un miedo a todo, a la vida. Creo que perdí más que el miedo a comer nada más”, así abre su relato con Teleocho Noticias Julia Frontané tras superar su enfermedad.
Hace seis años que la joven está bajo tratamiento para combatir la anorexia que comenzó a afectarla a sus 15 años y la llevó a pesar 36 kilos. Ella, será dada de alta el mes que viene tras una intensa lucha contra esta afección que casi le roba la vida.
Debido a las consecuencias que está enfermedad le generó a su cuerpo, Julia debió ser internada para resguardar su salud. “Eso fue bastante fuerte porque cuando estaba en la clínica me habían dicho que era probable que quizás no pasara el fin de semana”, confesó.
“Quería mejorarme, sabía que estaba haciendo las cosas mal pero no sabía cómo ni por dónde empezar, me daba mucho miedo”, relató la joven quien reveló que “tenía mucho miedo a morirme”.
Por ello, recomendó a quienes estén transitando por la misma situación a que “se animen”, que “acepten la ayuda” y “que, si pueden, la sepan pedir”.
Anorexia, señales de alerta
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